Madrid es una ciudad de cine. Si la semana pasada repasábamos algunos de los enclaves más icónicos de los filmes de Almodóvar, hoy proponemos un nuevo recorrido por la capital a través de varias películas y una serie rodadas (o ambientadas) en sus calles.
Las Brujas de Zugarramurdi (2013), uno de los últimos éxitos de Álex de la Iglesia, muestra en su escena inicial todo el esplendor del kilómetro 0 de España, la Puerta del Sol. Esta plaza fue cortada para rodar los atracos y persecuciones que desencadenan la trama que luego se desplaza a Zugarramurdi, en Navarra.

Mario Casas y Hugo Silva en la Puerta del Sol una imagen del rodaje de Las Brujas de Zugarramurdi
Otro filme de Álex de la Iglesia, La Comunidad (2000) tiene en una de sus escenas finales una emblemática estampa madrileña, la de las cuádrigas que coronan el edificio del BBVA en la Calle Alcalá, muy cerca de la Puerta del Sol.

Terele Pávez y Carmen Maura en el edificio BBVA de la calle Alcalá un fotograma de La Comunidad
Protagonizada por Quim Gutiérrez y Marta Etura en su trama española, Sexo fácil, películas tristes (2014) fue una coproducción hispanoargentina que pasó por las carteleras españolas sin hacer mucho ruido. En ella, sus protagonistas, una pareja que nacía de la imaginación del personaje de Ernesto Alterio, un atribulado guionista porteño, caminaban por las calles de Malasaña, el barrio más hípster —sea lo que sea que signifique esa palabra— de la capital.

Marta Etura y Quim Gutiérrez en la calle del Barco en Malasaña, en un fotograma de Sexo fácil, películas tristes
También recorrían Quim y Marta otras zonas, como la calle Martín de los Heros, imprescindible para cualquier cinéfilo por el gran número de salas que proyectan películas en versión original en sus alrededores y por la librería de cine Ocho y medio, donde ellos se citan.

Quim Gutiérrez y Marta Etura en la librería Ocho y medio en un fotograma de Sexo fácil, películas tristes
Abre los ojos (1997) supuso la consagración de Alejandro Amenábar tras su exitoso debut, Tesis (1996) —rodada, por cierto, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Complutense, en el campus de Ciudad Universitaria—. La escena en la que Eduardo Noriega camina por una inusualmente vacía Gran Vía siempre será recordada. Amenábar consiguió cortar el último tramo —el que va desde Callao hasta plaza España— de una de las arterias principales de la capital aprovechando el éxodo que se produce en Madrid durante el puente de la virgen de la Paloma.

Eduardo Noriega en la Gran Vía en un fotograma de Abre los ojos
Rosa María Sardà y Concha Velasco protagonizaron Chuecatown (2007), una comedia ubicada en el barrio gay de Madrid, Chueca, que trata sobre unos extraños asesinatos de ancianas.

La plaza de Chueca en un fotograma de Chuecatown
Aunque fue rodada mayoritariamente en Malasaña —una zona muy diferente a la actual—, Bajarse al moro (1989) estaba ambientada en gran parte en las calles y pisos del castizo barrio de Lavapiés. Al final de la película, la protagonista, Chusa, interpretada por Verónica Forqué, tenía un reencuentro en la plaza del emperador Carlos V, cercana a la estación de Atocha, la estación ferroviaria con más flujo de viajeros de España.

Juan Echanove y Verónica Forqué en la plaza de Carlos V en un fotograma de Bajarse al moro
Manolo, guardia urbano (1956) narra, como su propio título indica, la historia de un guardia urbano, llamado Manolo Martínez. En el Madrid de los 50, su labor es dirigir el tráfico en la plaza de Cibeles, en cuyo centro se sitúa la famosa fuente homónima y en el ángulo sureste el Palacio de Comunicaciones, sede del Ayuntamiento de Madrid desde 2007. Los tranvías que por ahí circulaban son un actor más en la película, un medio de transporte que funcionó durante cien años en la capital, hasta su último viaje en 1972.

Manolo Morán en la plaza de Cibeles en un fotograma de Manolo, guardia urbano
Finalizamos este recorrido con una de las series más exitosas de la última década, El tiempo entre costuras (2012). La ficción protagonizada por Adriana Ugarte y basada en la aclamada novela de María Dueñas tuvo en el emblemático parque del Retiro uno de sus escenarios cuando su personaje principal, Sira Quiroga, se citaba con uno de sus superiores en sus labores como espía.

Adriana Ugarte en el parque del Retiro en un fotograma de El tiempo entre costuras
Otro de los escenarios clave en el rodaje de El tiempo entre costuras fue la estación de ferrocarril de Delicias, situada en la calle homónima. Clausurada en 1969, hoy es el museo del ferrocarril y acoge cada segundo fin de semana de mes el Mercado de Motores, donde adquirir piezas de diseño, accesorios, decoración y productos de segunda mano. Allí se rodó la marcha de Sira con Ramiro de Madrid y se recreó también la principal estación de tren lisboeta. Para ello, la estación original fue modificada y se colgó un cartel que rezaba «Estaçäo Lisboa Santa Apolónia».

Adriana Ugarte en un fotograma de El tiempo entre costuras
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