Si en Rusticae nos denominamos “The Goodlife Company” es porque apostamos por las cosas buenas de la vida. ¿Y qué mejor que la gastronomía y el vino? Por eso, aunque todos nuestros hoteles son ideales para conocer los platos y caldos de la región, hemos recopilado algunos muy especiales para los amantes de la enología ¿Conocéis alguno más? ¿Cuáles son vuestros favoritos?
Acebo de Casa Muria (Huesca)
Fruto de su colaboración entre las prestigiosas bodegas del somontano Enate y el escultor oscense Vicente García Plana, pone a disposición de sus clientes un maridaje entre tres vinos exclusivos de autor de Enate denominados; Tinto Raíz, Tinto Tierra y Tinto Fruto. Estos exclusivos vinos se denominan de esta manera, porque las etiquetas elegidas para ellos, son tomadas del gran Mural denominado “La Vida del Vino“, obra de Vicente García Plana.
Este auténtico palacio llama la atención a quien se aproxima. Muros de sillar y decoración classic-nouveau para 29 habitaciones. Y resulta impresionante el contraste con la Bodega de Crianza de Marqués de la Concordia, con techo de quilla invertida en homenaje a su más ilustre huésped. El antiguo molino árabe, del XV, es hoy un completo Wine Spa volcado sobre el río, en el que los beneficios terapéuticos de la vid roja y otros elementos de la uva nos llegan en forma de baños y masajes que ni el Dios del vino cató.
Hacienda Zorita Natural Reserve (Zamora)
Estamos en un Wine Hotel cuyas diez habitaciones son un palco privilegiado, al paisaje y al vino que aquí tenemos ocasión de disfrutar a fondo. El edificio, de aire neomudéjar, es obra de Ignacio Lliso, que da al hotel la prestancia de una residencia campestre señorial. La mejor época sin duda para visitar este hotel es finales de agosto y principios de septiembre, momento en el que se lleva a cabo la elaboración del vino y podemos asistir a este mágico proceso. La preciosa piscina con vistas a los viñedos, es el respiro perfecto que necesita el viajero cuando el calor zamorano aprieta. La primera copa de cava en la piscina corre, además, por cuenta del hotel.
Quinta de San Amaro (Pontevedra)
La decoración, ecléctica sin estridencias, da cabida a casi todos los gustos, y entre flores varias, aire puro, sonidos del silencio y paisaje de relajo damos alas a los cinco sentidos. En conjunto, distribuido en tres edificios de piedra y varias unidades de nueva planta, la Quinta recrea un ambiente classic-nouveau que combina los elementos tradicionales de la construcción y los interiores de una Galicia noble con otros abiertamente contemporáneos.
Casas do Coro (Portugal)
El Hotel Casas do Côro es resultado de la mezcla de locura e ilusión de Paulo y Carmen por recuperar y revivir la parte alta de Marialva, una de las aldeas históricas más importantes de Portugal. Así, poco a poco han ido adquiriendo y rehabilitando 10 edificios al pié del Castillo y rodeados por la muralla centenaria de Marialva. Aquí, en la región de Guarda, la naturaleza nos ofrece un jardín que exhibe lo propio de la tierra: olivos, almendros y patios con enredaderas que nos conducen hasta la piscina exterior con sistema de natación contracorriente, un espectacular chill out con fabulosas hamacas y una pequeña cabaña que alberga la sauna y el jacuzzi panorámico.
Hospedería Señorío de Briñas (La Rioja)
En este pueblo colindante a la provincia de Álava y de pasado aristocrático se descubren casonas armeras, plazas e iglesias intactas que se remontan al S.XVI. Entre ellas destaca un soberbio palacete del siglo XVIII al que, durante la guerra civil española, se le dio el prosaico uso de cuartel general de las tropas italianas, y que hoy alberga un pequeño hotel con toda la nobleza y el esplendor de sus tiempos pasados.
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