¡La semana pasada, por fin, empecé a usar la Tarjeta Regalo Rusticae que me regalaron mis amigos por mi 40 cumpleaños! El destino elegido fue EL HOTELITO en Ávila. Era un viernes invernal con tormenta de nieve por el camino, que se quedó en nada cuando llegamos a Navaluenga, en el valle del Alberche, protegido por un microclima más que benigno. A la llegada unos amabilísimos Cándido y Christina nos ofrecieron un upgrade a la suite, que cuenta con una terraza de 60m2 absolutamente espectacular con vistas a la sierra de Gredos. Cenamos a la luz de las velas y enseguida subimos a descansar de los rigores de la semana en sus magníficos colchones ecológicos y sus almohadones de plumón. ¡Cómo descansamos!
Después de un contundente desayuno (con huevos fritos de gallina feliz!) nos fuimos a explorar los alrededores. Como son auténticos conocedores de la zona y yo tenía antojo de hacer una buena caminata por el campo enseguida nos recomendaron qué ruta hacer (mirad en las fotos qué belleza de entorno tienen…). Comimos en una pedanía de los alrededores un sabroso cochifrito de cabrito y luego a ver una peli a la habitación, que tienen mucho surtido donde elegir… Una siesta como está mandado y luego ¡¡el momentazo nórdico!!… Ver cómo anochece desde el jacuzzi privado de nuestra terraza. Con el agua a 41 grados mientras el viento helado de las cumbres nevadas de Gredos te refresca la cara y el alma… ¡¡Qué experiencia!!
No os perdáis las cenas caseras: Sencillas, naturales y muy bien ejecutadas… Yo ya me he hecho una experta en carpaccio de calabacín con tomate rallado aliñado para cenar en casa 😉 El vino 7 Navas que ofrecen es de la cooperativa local, liderada por una nueva generación de viticultores que mantienen las cepas originales de la zona. Ah! Y tampoco dejéis de visitar la quesería de Elvira García en El Barraco, donde podréis degustar y comprar unos quesos de cabra, que por cierto, acaban de ganar tres medallas en el World Cheese Awards.
El hotel, los alrededores, los caballos y la gastronomía conforman una experiencia súper gratificante para las almas urbanitas, pero lo mejor siguen siendo las personas. La simpatía, cercanía y sencillez de Cándido y Christina son el eje principal de este hotelito con encanto. ¡Una escapada perfecta a tan solo 1 hora de Madrid!
