Entre la población medieval de Ripoll y el imprescindible valle de Núria se esconde una pequeña joya rural que podría pasar desapercibida, si no fuera uno de los alojamientos mejor valorados de esta parte del Pirineo catalán. La Casassa de Ribes es el proyecto de la familia Roma, que ha rehabilitado la masía pirenaica del siglo XVII que perteneció a sus abuelos. La han convertido en un alojamiento rural privilegiado, especialmente por su ubicación. Se encuentra rodeada de campos y bosques, protegida del viento y de cara al sur, aprovechando al máximo las horas de sol. Y además es un pequeño paraíso para las familias, que encuentran en sus apartamentos y en los amplios jardines el lugar ideal para pasar unos días con los niños. Casas Rurales

Vista de La Casassa de Ribes y de su entorno natural – Òscar Marín

Zona de juegos, la masía y el Taga al fondo – Òsscar Marín
De La Casassa de Ribes también destaca su magnífica rehabilitación, hecha con buen gusto, respetando el uso de materiales como la piedra y la madera y conservando el aspecto original del edificio, tanto en el exterior como en su interior. Lo pudimos comprobar en el apartamento superior Pericó, amplio y equipado con detalles de primera. Consta de dos habitaciones de matrimonio, dos habitaciones dobles, dos baños con ducha, un amplio salón con chimenea y una cocina donde no falta de nada.

Habitación del Apartamento Pericó – Óscar Marín
Hay también televisor con pantalla plana en cada habitación, un escritorio de trabajo con ordenador e impresora, wifi gratuito, ropa de cama y toallas, SmartTV con DVD en el salón… y una terraza con mobiliario de exterior para contemplar las vistas cómodamente con una copa de vino entre las manos. ¡Y es que por reservar a través de Rusticae, nos ofrecieron una botella de vino blanco como regalo de bienvenida!

Salón comedor del apartamento Pericó – Òscar Marín
Hay otros apartamentos, más pequeños, pero todos han sido bien decorados y equipados. Otro elemento común a todos los apartamentos es la tranquilidad que se respira en ellos. La casa se levanta cerca de la carretera poco transitada que lleva al pueblo de Campelles, en una ubicación bastante aislada que facilita la desconexión y el reencuentro con la naturaleza. El viento, un rebaño que pasa y el canto de los pájaros son los sonidos que predominan mientras contemplamos el horizonte de montañas, con el Taga imponente frente a frente. Si los niños quieren distraerse, en la parte posterior de la casa hay un pequeño campo de fútbol y una zona de juegos con columpios y tobogán.

Zona de juegos en los prados de La Casassa – Òscar Marín
Y para los ratos de descanso, podemos relajarnos en las tumbonas del jardín con vistas a las montañas. La Casassa es un alojamiento muy recomendable para las familias, ya que permite a los niños correr y jugar con total seguridad por los alrededores. A la mañana siguiente se puede desayunar en el apartamento o pedir que se lo sirvan en el jardín o en la sala. Pedimos esta última opción, por comodidad y para probar los productos de la Vall de Ribes. Y después del desayuno, las posibilidades son múltiples. Es muy recomendable pasear por Ribes de Freser (incluso el domingo hay tiendas abiertas) o subir al Valle de Núria en el tren cremallera, ya que La Casassa se encuentra muy cerca de la estación y Ramón ofrece a sus clientes unos vales de descuento del 10% para el tren más sorprendente del Pirineo catalán.

Jardín con tumbonas y mobiliario de terraza – Òscar Marín
Viaja en familia a La Casassa de Ribes
Òscar Marín
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