Hace ya unas semanas que dimos el primero de nuestros pasos en este recorrido por las costas de España y Portugal. Desde el Cantábrico al Atlántico y ahora del océano, volviendo de nuevo al mar.
Y aquí, entre las aguas que separan América de Europa y las que unen a ésta con África y Asia, surge como nexo de unión Andalucía.
Si alguien nos retase a definir esta región en pocas palabras, la mayoría recurriríamos a decir, movidos por el recuerdo, que “Andalucía, sólo hay una”. Pero sintiéndolo mucho, Andalucía no es una, sino muchas a la vez. Todas diferentes y auténticas, tan interiores como costeras, tan sobrias como festivas, tan únicas como sorprendentes. La solución para conocerlas a todas es dejarse guiar por el corazón, respirar con el alma y dejar que los sentidos vuelen y se encuentren con cada uno de sus rincones, tan genuinos, tan diferentes, tan andaluces.
Empezando de occidente a oriente, de Atlántico a Mediterráneo, la primera de nuestras paradas la realizamos en Cádiz. Allí en Sanlúcar de Barrameda nos encontramos con el hotel Posada de Palacio. Situado en pleno centro histórico-artístico de Sanlúcar, se trata de una gran casa de estilo renacentista con influencias árabes, como queda de manifiesto en los pavimentos cuidadosamente recuperados y en el aljibe del luminoso patio andaluz. Tras la reconstrucción, la antigua bodega es hoy un lugar perfecto para realizar convenciones, bodas y otros eventos. Y para empezar un día mágico, nada mejor que disfrutar de un desayuno servido en el patio andaluz del hotel.
Bañados ya por el Mediterráneo y sin vuelta atrás en nuestro recorrido, nos encontramos con un cortijo andaluz convertido en hotel rural en la provincia de Málaga, el hotel Molino de Santillán, en Rincón de la Victoria. Rodeado por una finca de 35 hectáreas generosa en árboles frutales, almendros y olivos, se enclava en uno de los rincones más apacibles de la Axarquía. Su decoración eminentemente mediterránea consigue recrear una atmósfera alegre y acogedora que se extiende hasta sus jardines. Y nada mejor para el verano que gozar de un baño refrescante en la piscina o relajarse disfrutando de las impresionantes vistas a la finca y al mar.
Terminando nuestro recorrido por Andalucía, llegamos hasta su provincia más oriental: Almería. En una pequeña aldea de pescadores en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, aparece el hotel Tío Kiko, rodeado de tranquilidad, un ambiente agradable y por restos de ruinas antiguas. El hotel se encuadra es un claro ejemplo de la arquitectura de los pueblos blancos andaluces, combinando espléndidos ventanales a la playa y una cuidada decoración a base de mobiliario asiático y mucha luz mediterránea. Su ingrediente principal es una mezcla de tranquilidad y privacidad con placeres sibaritas como el jacuzzi privado o la terraza con vistas al mar desde cada una de sus habitaciones.
En nuestra próxima etapa continuaremos conociendo nuestros hoteles en la costa Mediterránea, una oportunidad para descubrir la verdadera esencia del Mare Nostrum y de los hoteles con encanto de Rusticae.