La Casita de Cabrejas, un lugar cerca de Cuenca que recomiendo por su tranquilidad, su hospitalidad y sus desayunos matinales porque estando allí no quiero otra cosa que flores al despertar y abrazos para desayunar.
Y este viaje me lleva a pasarelas que me abren los ojos y el corazón para poder oler a hierba recién mojada, y hacen que el susurro del agua me hipnotice y que pueda disfrutar del placer de saborear sus riquísimos níscalos con patatas en Lago de Uña.
Arriba muy arriba, donde no llega nadie, donde residen los sueños y se amontonan las fantasías. La vida tiene planes para ti y este viaje es el mejor plan para llenar tus bolsillos y regresar con fuerzas.
Imágenes de Sandra Hidalgo
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